CONFERENCIA DE ANDRÉS ROEMER SLOMIANSKI: Versión Estenográfica (galería)

CONFERENCIA DE ANDRÉS ROEMER SLOMIANSKI

Ciudad de México, 21 de agosto de 2019.
Versión Estenográfica

3 pecados capitales (o más) del pensamiento contemporáneo: Andrés Roemer Slomianski

– GREGORIO MARTÍNEZ GARZA: Damos la bienvenida al licenciado Carlos
Martínez González, Director General de Banca Minorista de Grupo Financiero
Banorte.

– CARLOS MARTÍNEZ GONZÁLEZ: Cómo están, qué gusto saludarlos.

El día de hoy, en este gran foro
tenemos la oportunidad y tengo el gusto de presentar a continuación a un gran
líder de opinión en materia política, social y asuntos culturales, escritor
visionario, diplomático, filántropo e intelectual, reconocido a nivel
internacional, apasionado del pensamiento, crítico y de los derechos humanos.

Andrés Roemer es autor de 16 libros
y dos obras galardonadas.

Es Presidente de thingtank Poder
Cívico, así como Director General, Cofundador de la Ciudad de las Ideas.

Roemer también es extraordinario
profesor asociado a la Universidad Singularity, en Silicon Valley, California.

Actualmente es Embajador de Buena
Voluntad de la UNESCO. Se ha desempeñado como Cónsul General en México en San
Francisco; Embajador de México en la UNESCO y Subsecretario Cultural.

Demos la bienvenida a nuestro amigo
Andrés Roemer, quien nos hablará de los tres pecados capitales más del
pensamiento contemporáneo, seguramente quedaremos todos encantados.

Muchas gracias

– ANDRÉS ROEMER SLOMIANSKI: Ayer recordarán el chiste de Dan
Ariely, donde lleva a su mamá con cuatro exnovias, con cuatro mujeres que ha
salido pero con una se va a casar.

¿Sí lo recuerdan? Bueno, les quiero
pasar y comentar qué pasó tres años antes de ese evento. El mismito Pepito,
antes de que pasara eso, sus papás estaban casados, y llega a su casa y le dice
a sus papás: “Estoy profundamente enamorado, soy pleno, soy feliz”.

“¿Cómo, Pepito? ¿Qué pasa?”,
“Encontré a la mujer de mi vida, es Laura. No tiene idea de cómo la amo, vive a
siete cuadras de nosotros, es encantadora y se las quiero presenta”.

Su mamá saca la champagne, están
brindando. En eso, a las dos de la mañana le toca el papá la puerta a Pepito y
le dice: “Pepito, necesito hablar contigo, tengo una narrativa que compartirte”,
“¿Una narrativa?”, “Sí, Pepito, tengo que decir, no te puedes casar con Laura”.
¿Por? Es tu media hermana. Yo de verdad te tengo que explicar, me pelee con tu
mamá una época, estábamos viviendo juntos, me la encontré en un bar y, bueno,
es mi hija también. “Papá, no puedo creerlo. Insoportable”.

Pasan siete meses, dos años y cinco meses antes de lo que le
pasó a este mismo hombre ya cuando llegó con el cuento platicado por Dan
Ariely, y dices: “Les tengo una extraordinaria noticia, me acabo de enamorar de
Karla, es la mujer de mi vida, vive a cuatro kilómetros de aquí, no tienen idea
quién es, es carismática, culta, inteligente, noble, generosa, guapa y me ama.
Ahora sí, a sacar la champaña”.

Todo el mundo feliz, en eso a la 1:00 de la mañana le vuelve
a tocar el padre: “A ver, Pepito, no sé cómo explicártelo, te lo quiero decir
en buen plan, pero te tengo otra narrativa”. “A ver, papá, no me gustan tus
narrativas, ¿ahora qué?”. “Pepito, Karla también es tu hermana”. “¿Cómo, papá?
¿Qué te pasa? No puedo creerlo”. “Bueno, es que te voy a explicar, una vez me
fui de viaje y le pasa a cualquiera”.

Pepito ya estaba muy molesto y a los dos días ya no se
aguanta y va con su mamá y le dice: “Mamá, primero pasó con Laura, luego pasó
con Karla, resulta que las dos son mis hermanas”. Le dice su mamá: “Mira,
Pepito, cásate con Laura, cásate con Karla, cásate con quien quieras porque él
no es tu papá”. Ese es un chiste además feminista y lo cual me da gusto.

Pero les quiero compartir, cada quien tiene sus narrativas,
yo me dedico muchísimo a entender al ser humano, pero sobre todo con un fin,
hacer políticas públicas que funcionen.

Me dedico realmente a estudiar políticas públicas de
actividades de no mercado, no me interesa tanto cuánto cuesta una copa de vino
y por qué si sube la oferta y la demanda, si intercambian dichos bienes; pero
qué tal si pudiéramos cambiar un kilo de ternura por uno de emociones.

Entonces, para poder hacer políticas públicas que sirvan
tenemos que empezar, y ojalá nos dé el tiempo suficiente, de platicarles de
algunos mitos. Primero tenemos que empezar por saber quiénes somos.

Sin duda alguna lo vimos mucho ayer con Dan Ariely, el
primer pecado es que creemos que somos homo sapiens, seres humanos racionales;
hay “N” número de ejemplos en el cual nos demostramos que a lo que vamos es que
nuestro cerebro es muy frágil, cae en muchas tentaciones y vamos a hablar de
cómo estamos hechos.

Y hay ejemplos innumerables de errores que cometemos, tú
llegas a una tienda y ya hay 24 tipos de queso, quieres vender quesos,
muchísima gente va a esa tienda, pero salen comprando muy pocos.

En otro experimento, solamente tienes seis quesos, va poca
gente a verlos, pero la gente compra más. ¿Por qué? Porque antes pensábamos que
la racionalidad es que era siempre mejor más o menos, y más si es gratis, pero
la realidad es que si hay demasiadas opciones no nos conviene, empezamos a
darnos cuenta de que el ser humano comete muchísimos errores, tiene muchas
disonancias cognitivas.

Yo he estudiado con gemelos idénticos que los separan al
nacer, probablemente 40 de nacimiento, si tú, por ejemplo, llegas a una tienda
y te dicen “te puedes comprar este vestido y si no te gusta lo regresas”, la
gente se lo lleva con más probabilidades que si no les dicen eso, pero la gente
que se lo lleva y que lo puede regresar es menos feliz.

Llega a su casa después del gasto, se lo prueba, se lo mide,
le pregunta a su hermana, a su amiga, a su novio, a su esposo “¿me queda
bien?”, “¿no me queda bien?”, “¿lo regreso?”, “¿no lo regreso?”.

Imagínense que cuando ustedes se casaran en la relación les
dijeran: “Is not returnable”, tu mujer no es retornable, tu esposo no es
retornable, como tus hijos no son retornables. Si eso sucediera nos cambia toda
la perspectiva mental, ¿qué es lo que pasaría? Muy sencillo, en lugar de pensar
que a los seis años, ocho años llega una persona, un hombre más inteligente,
más generoso, una mujer más amable, etcétera, cuidarías la relación día a día
porque esto no es retornable, como con un hijo.

El punto que les quiero dar es que homo sapiens, podría dar
muchísimos ejemplos, no somos necesariamente; creemos que lo somos, pero nos
mueven los sentimientos.

Cuando llega una persona a una tienda a comprar una
computadora que vale mil dólares la abre, la revisa, la evalúa, y en eso llega
un amigo de la esquina y le dice: “Oye, vi la mismita computadora, ya la
revisé, está perfecta, ya está para llevarse, aquí vale mil dólares y en la
esquina vale 970”. ¿Saben qué? El 93 por ciento de la gente no se sale de la
tienda y se va a comprar la otra computadora.

Pero en otro ejercicio donde llega la misma persona a una
tienda a comprar un reloj de cien dólares, y en eso llega el mismo amigo y le
dice: “Vi el mismo reloj, ya no tienes que probártelo ni nada, pero aquí vale
cien, en la esquina vale 70”, son los mismos 30 dólares, 99 por ciento de la
gente se sale.

¿Pero qué te pasa? Son los mismo 30 dólares. Ojo, justicia.
El sentimiento de que me estén quitando el 30 por ciento no es correcto, nos
mueven las emociones, cómo nos sentimos tratados, eso es importante.

¿Si no somos homo sapiens, seremos homo ludens? ¿Gente que
nos guste jugar?

Voy a invitarlos a hacer un ejercicio para demostrar un
poquito cómo somos, y lo he hecho con banqueros, y eso me gusta porque es gente
amante del riesgo. El que ya haya hecho este juego, por favor no participe. Voy
a hacer algo que es extraño para un ciudadano: le voy a regalar 100 dólares a
un banquero. Voy a sacar 100 dólares y vamos a hacer una subasta. Y por favor
no griten, hasta que yo vea la mano y diga “Tú, tú, tú, tú, tú”. Tenemos poco
tiempo.

Sé que esto marginalmente a ustedes no les hace nada de
diferencia probablemente en su vida; sin embargo, ganar tiene un sentido
increíble para el homo ludens, para el ser humano juguetón; si no somos homo
sapiens, somos erectus, pero sí somos hábiles, seremos ludens, juguetones.

La regla es muy sencilla, el que me dé más por un billete de
100 dólares se lo lleva, si Fernando, que por cierto es un honor y gratitud
estar aquí con ustedes, que me apoyó para ir a Harvard, si Fernando toma y
dice: “Oye, yo te doy 20” y usted me dice: “Yo te doy 30”, y tú “40”, a la de
tres, me das 40 dólares y te doy 100, ganaste.

Van a haber dos condiciones muy
breves. No pujen de entrada más allá de 20 para que muchos puedan participar.
La primera puja no puede por ser arriba de 20; la segunda, el que quede en
segundo lugar no se lleva los 100 dólares y me paga.

Entonces, si usted, por ejemplo,
dice: “40”, qué gusto volverlo a ver, y usted me dice: “80” y usted “60”, “81”,
yo te voy a dar 100 y el señor me va a dar 81. ¿Estamos de acuerdo?

Vamos a rifar, a subastar 100
dólares. Levante la mano quién me da algo por estos 100 dólares, ¿Quién me da
20?

Perfecto, 20. ¿Quién me da más de
20?

Grita: “21”. Qué coda, pues cómo,
qué onda. ¿Eso para ti es marginalmente? Espero que no seas de Banorte, seguro
es de Santander, estoy vacilando.

¿Quién más? Tú, 25. Ya vamos bien.
¿Cómo te llamas?

Hugo ya lleva 25.

Tú, 30, José.

¿Quién más? ¿Quién? ¿Cuánto? 40.
¿Cómo te llamas? 40, Alejandro.

¿Quién más? José, él está dándome
40, tú dijiste 30. ¿Estás de acuerdo?

Si yo fuera tú, vas a perder 30
dólares y no te vas a llevar nada, él se va a llevar 100 dólares y me va a dar
40, pero tú me vas a dar 30, ¿No quieres dar 41 o más? 45.

Tú me vas a dar 40, él se va a
llevar, ¿No quieres dar algo más? 50.

Échele, a ver. Don Carlos, ¿Qué
está pasando aquí? 50 contra 45.

¿Ya lo cerramos y me regalan 45?
55. ¿Y tú?

Bueno, vas a darme 70 y tú vas a
darme 45 y a ti te voy a dar 100 dólares y tú perdiste 45 y te vas como un loser a tu casa. ¿Muy bien?

Setenta y uno, otro. ¿Estás casado?
Llevas a tu mujer y solo un dólar más, ¿Qué onda?

Setenta y uno contra 70. ¿Tú? Vas a
perder 70, no te importa, me vas a dar 70, a ti te voy a dar 100 y tomas 71.

¿No quieres dar 72?

Cada vez que me hace un número me hace
así, ya van como 10 que hace 75. Vas a perder. Muy bien, ya tú, 70 contra 75.
Pues ya da 99. ¿Cuánto quieres dar?, se me acaba el tiempo. Quieres perder 75,
ya te vas con 75, da 99.99 ya le ganaste, ¿sí o no? Tú, quien quiera, tú das
99, tú no quieres dar 100.

Señoras y señores, les quiero decir que por 100 dólares he
llegado a recibir 700, y la gente los paga. El señor dice: “Prefiero perder
ahorita 80 dólares que seguir apostando”. Si yo fuera él, doy 100, ya me quedo
tablas, él ya perdió 100. Un aplauso para los dos, los dos ganaron, ahorita le
doy los 100 dólares al señor.

¿Qué es lo que trato de demostrar? Uno, que por supuesto a
como decía ayer Dan Ariely, en nuestro cuerpo creamos sillones más cómodos,
contra el frío creamos temperaturas idóneas, pero el cerebro está lleno de
tentaciones y no somos homo sapiens, ese es un mito, y lo puedo probar con un
millón de ejercicios.

Eso es muy peligroso porque somos muy fáciles de ser
manipulables, si no somos homo sapiens, ¿qué somos? Somos homo fayax. Homo
fayax quiere decir seres que nos mentimos y que le mentimos a la gente. Cada
vez que vivimos algo nos tenemos que contar una narrativa y creérnosla para
sobrevivir, para poder dar la cara con el otro, para poder ser creíbles.

No estamos hechos necesariamente de átomos, estamos hechos
de historias, de narrativas; y el cerebro, si ya les expliqué lo que somos, les
quiero ahora decir cómo opera este cerebro para poder responder de determinadas
maneras.

Ayer antes de la plática de Dan Ariely, de ir a comer, me
llamó mucho la atención que Marcos Ramírez le pregunta a Dan Ariely: “Dan, me
interesa mucho lo de la psicología conductual aplicada a los negocios, pero me
interesa mucho la política. Te quiero preguntar algo, ¿por qué la gente votó
por Donald Trump?”

Y el siguiente mito es: Donald
Trump will made America Greate Again
. Esa pregunta me llamó la atención
para hablar de otro mito muy serio.

Yo he estado siempre muy atento a lo que pasó en Estados
Unidos y cómo todos los pronósticos fallaron y ganó Trump.

Natal Silver falló, ¿y qué es lo que estaba pasando? No es
preocuparme tanto que gane Trump, sino que toda la gente de Estados Unidos y un
pez que admiro tanto y con gente tan inteligente votó por él.

Las narrativas que nos platicamos no son narrativas, todas
las narrativas para que gane un líder político o para que un libro se venda,
pueden leer una obra magistral al respecto, que se llama “Los ovarios de Madame
Bovary”, para que todo libro sea un éxito, toda religión sea un éxito, toda
consultoría sea un éxito o todo político autoritario pueda ganar, tienes que
hacer una narrativa que no importan las palabras, el fondo del contenido sí,
pero la estructura es lo que más importa.

Tú llegas a McKenzie, a Booz Allen, y antes del año 2000 te
dicen “va a haber una tragedia, todas las computadoras se van a acabar, se van
a parar y se va a detener el mundo en el año 2000”. Te meten una depresión, te
meten en una ansiedad, te meten en un problema. Pero espérate, la culpa es de
estas grandes empresas tecnológicas que no las prepararon para el cambio de
milenio. Busca siempre a un culpable.

Y tres, yo soy el salvador, yo te vendo la solución, yo he
trabajado en eso. McKenzie lleva cien años en este proyecto.

Lo mismo es Harry Potter, lo mismo es Narnia, lo mismo es
muchas obras de Shakespeare. ¿Qué pasa y por qué hay que tener cuidado? ¿Por
qué la gente seguimos a líderes autoritarios? Platón, porque ahorita voy a
reflexionar un poco de filosofía, Platón decía: “Es muy sencillo, la gente es
estúpida”. Pero cuidado, yo no estoy tan de acuerdo con ello, hemos generado
una gran prosperidad en muchos años, sí tenemos fragilidades pero estúpidos no
somos, de hecho, con Hitler muchísimas de las personas en 1941 que decidieron
la solución final, el 83 por ciento tenían doctorado.

Muchísimas gente que votó por Trump realmente ha tenido
estudios y muchas experiencias y no es como que gente muy ignorante. Freud dijo
otra teoría que se acerca mucho: “Somos animales muy vulnerables”, a diferencia
de otros primates y de otros animales, nosotros necesitamos por lo menos siete
u ocho años de asistencia de nuestros padres, no caminamos inmediatamente y
realmente necesitamos mucho cuidado y tenemos bastante temor.

Entonces tenemos temor de que algo nos pase y se quede en
nuestro subconsciente la idea de que necesitamos un padre, un salvador, alguien
que siempre nos ayude.

Freud tiene su punto. Esta es la historia del 80 por ciento
de la gente con doctorado. Lo que decía Freud, los sectólogos han llegado a
entender algo todavía más profundo que se combina y se conjuga con que a veces
no somos tan inteligentes –como diría Platón– que muchas veces, como diría
Feud, tenemos carencias por ser seres humanos muy dependientes. Pero el cerebro
humano es muy interesante. Tenemos una parte reptiliana que siempre lleva miles
de años con nosotros, lo traemos heredando de familia y de generación en
generación.

En esta parte reptiliana se encuentra nuestra idea de
cazadores, se encuentra nuestra idea de tribalismo, de pertenencia. La gran
área que aquí tienen best heavy economic,
gracias a José Antonio Murillo, que quiero felicitarlos, porque es de los pocos
lugares donde no se contrata exógenamente y se preocupa Banorte de tener un
área para ayudarle realmente al ciudadano a entender qué es lo que está pasando
en su cerebro para optimizar el bienestar de ustedes. No es comercial, lo digo
con honestidad, ojalá hubieran más unidades así en muchas partes del mundo para
estar consciente de lo que pasa.

Nuestra parte reptiliana está hecha
para ciertas narrativas.

El fútbol, ¿Por qué amamos el
fútbol? Si un marciano llegara en la final del Mundial y reporta a Marte qué
pasa con los ciudadanos terrestres, diría: “Están locos, tres billones de personas
están viendo una pantalla, 11 personas contra otros”.

El fútbol, el basquetbol, el tenis,
el ping-pong, es más hasta el golf, siempre hay redes, te voy a cazar; el golf
hay trampas, hay hoyos, somos cazadores.

Son deportes que nos atraen porque
tocan nuestro reptiliano. Jugamos con arte, nos llevamos la pelota, la metemos
a la red, es el animal que cazamos y además tiene símbolos sexuales.

Levamos los brazos, la metimos, lo
logramos. Hay un tribalismo completo, equipos, ritos.

¿Ustedes creen que no hay una pelea
de tentaciones entre Facebook y Twitter y todo este tipo de gente para ganar su
atención?

¿Qué tengo que hacer yo para llegar
y ganar la atención? Empezar con un chiste, pero tengo entender la estructura
del cerebro.

Todos los ejercicios que hace Dan
Ariely entienden esto, Facebook, por supuesto, está hecho para esta parte el
cerebro reptiliano.

“¿Me conoces?”, “No, no te
conozco”, “Soy tu fan. Te invito a salir”, empieza la cacería, en encuentro, la
pertenencia, la necesidad de gratificación inmediata, Twitter.

Hay que despertar y entender que
hay narrativas muy peligrosas.

¿Por qué votamos como votamos?,
¿Por qué creemos narrativas de salvadores que a veces no funcionan?

Por razones de tiempo, este hombre
nos dio la respuesta, primero deprime al pueblo: “Señoras y señores”, es la
crisis del 29, es la crisis del 29, suben el 33 Hitler, en el 38 se anexa
Austria, pero todo su discurso es: “Estamos destrozados. Los alemanes repetimos
un fracaso pero vamos a lograr el Tercer Reich”, “Nos ha destrozado el Tratado
de Versalles, hay desempleo, nuestro dinero no vale, nos han maltrado, estamos
deprimidos y ya hay un culpable, son los gypsys, los comunistas, los judíos, es
contra ellos”.

Donald Trump, desafortunadamente
dice: “Son los mexicanos criminales, que vienen a nuestro país a robarnos, a
violar a nuestra gente; y después I’will made America Greate Again.

No importa quién sea el culpable, esta historia se repite.

En el 29 desempleo crisis, el culpable es el capitalismo,
son los Rockefeller, Gayness trae una solución, un nuevo mundo; luego viene una
crisis con Gayness, el problema es la intervención, la sobrerregulación. Yo
Milton Fridman traigo la solución. Después viene la crisis del 2008 y así nos
vamos.

Necesitamos en este foro donde se apuesta por la resolución
social una nueva narrativa; una narrativa que realmente genere prosperidad
incluyente.

Me voy al tercer mito que para mí es el más importante de
todos y tiene que ver con el problema provocador y polémico de desigualdad
contra pobreza.

¿Quién me despertó esto ayer? Esto me lo despertó la plática
extraordinaria de Carlos Hank González cuando dijo: “Combatamos la pobreza y la
exclusión”. Wow, esto es bien importante lo que les voy a decir.

La palabra desigualdad del 2006 al 2015 en el New York
Times, se repetía una vez en cada 73 palabras, la desigualdad por supuesto es
un problema y voy a hablar de ello, si nos da tiempo, la ansiedad del estatus
es gravísima. Les voy a explicar cómo se resuelve.

La envidia es terrible, la necesidad de pertenencia es una
emoción real, pero no es el problema de fondo. Nuestra narrativa debe de
entender, el problema de fondo son dos, la pobreza y la exclusión.

¿Qué quiero decir? Que cuando le preguntaron a un gran
economista cuáles son las causas de la pobreza dijo: “No sé, pero sí sé cuáles
son las causas de la riqueza, y esta es la narrativa que tenemos que entender,
porque es el experimento de psicología social más aplicado en la historia.

Y cuando le preguntaron a Eder, el otro gran psicólogo:
¿Quién ha hecho el acto de riqueza más grande de la humanidad? Dijo: en 1976 un
hombre con un solo acto. ¿Quién fue? Mao Tse Dong. “¿Cómo?” Se mató. Al morir
él ha sido el acto de riqueza más importante de la humanidad.

No había riqueza en mil 800 años, todos éramos iguales,
créanmelo, hasta que llega primero la Ilustración, unos países con más
vocabulario que otros, que prometían más cosas que otras, pero sin embargo no
había acumulación de riqueza.

En el año 1800 hay un boom, si les puedo recomendar un
libro, es de Steven Pinker “Enlightment now”, una obra de arte. Y en eso, a los
25 años, de 1800 a 1825 aumenta 60 por ciento la riqueza, luego en otros 20
años se triplica. De la Ilustración para acá llevamos más de mil por ciento de
incremento de riqueza. De la Revolución Industrial, 300. ¿Qué pasó? ¿Qué hemos
hecho bien y qué no sabemos hacer bien y por qué nuestra narrativa debe
cambiar? ¿Por qué? ¿Qué se hizo bien?

Me puedo meter a fondo porque este es el trabajo que estoy
haciendo en Columbia, les voy a dar algunos datos. Cuatro cosas hicimos bien:
la primera es apostar en ideas, cuando en este foro se tiene a Sophia y se
habla de nuevas tecnologías, las ideas tienen un valor enorme siempre y cuando
se bifurquen, se trifurquen.

La manera de que las ideas se cristalicen en riqueza es de
tres maneras: una es educación, conocimiento, leo un libro de Física, estudio,
aprendo, lo pongo en evidencia, lo pruebo.

Otro es learning by doing, no lo puedo leer, no lo
puedo estudiar, tengo que meterme a la alberca para aprender a nadar.

Luego hay una tercera cosa que es muy complicada pero muy
importante para este foro porque ha tocado mucho best heavy economics.
Hay cosas que aunque tú sepas que te hacen mal, como fumar, cuando tú sabes qué
te hace engordar y engordas y comes lo que no debes, no importa la educación. A
ti te dicen “los carbohidratos te hacen mal” y sigues comiendo carbohidratos,
“el cigarro”, y sigues fumando, aquí es cuando behavioral economics te
tiene que empujar un poco para que también generes conocimiento.

Primera condición para generar riqueza es apostar en
ciencia, en invención, en tecnología, en ideas, pero para poder tener ideas
necesitas una segunda condición, instituciones que protejan esos derechos de
propiedad.

Ojo, es muy importante enseñarle a pescar a alguien para que
salga de la pobreza, pero no es condición suficiente. Si no está nutrido no
puede cargar, no puede sostener, no puede realmente trabajar.

Si tiene alguna enfermedad, no se puede; si cuando pesca
algo se lo roban y no hay contratos cumplibles, no se puede;  debe haber derechos institucionales que
protejan que no te roben las cosas; te debe de dar asesoría jurídica; te debo
de dar acceso al crédito para que puedas comprar una lancha, un barco más
grande, poner redes; uno, ciencia e ideas, no choros ni narrativas, cosas
evidentes, apostar en ciencia y tecnología, dos instituciones.

Tres. No va a sonar políticamente correcto, pero no puedo desaprovechar
este foro para decir lo que tengo que decir, el mercado funciona, no
perfectamente, pero todas las gráficas que ustedes vayan a ver, todos los
estudios son porque la economía de mercado ha generado riqueza entre Corea del
Sur contra Corea del Norte, entre Alemania Oriente contra Alemania Occidente.

El mercado no es perfecto, pero una
economía de mercado de apertura, de intercambios, con Minch en 1862 generó que
Alemania y que Japón se volviera un imperio.

Deng Xiaoping, uno de los hombres
más brillantes de la humanidad lo mismo. Señoras y señores, no tenemos que
inventar narrativas, tenemos que aprender lo que genera riqueza.

Pero, ¡Ojo! Aquí viene el punto
fundamental de este evento, el mercado deja fuera mucha gente que no tiene
canicas para intercambiar, a gente que no levanta la mano porque dice: “Yo no
tengo ni con qué jugar para apostar 100 dólares”; los ancianos, los
discapacitados, los enfermos, jóvenes que no tienen, la mala suerte, los
excluidos.

Aquí es donde viene también una parte
natura humana, instituciones como esta que apuestan por la generosidad, por la
responsabilidad social, por incluir a la prosperidad incluyente.

No es un (palabra en francés) el que generó riqueza; anarquía, ni de derecha ni
de izquierda. Es una economía de mercado que no deja atrás a los más amolados.

¿Y saben qué? Está probado en
muchos ejercicios que ayudar al prójimo nos gusta. A niños que les dan 100
dólares y les dicen, de 12 años, “Puedes repartir lo que quieras al otro”, no
lo conoces, es anónimo, casi siempre dan el 33 por ciento; cuando lo conoces,
ya no es anónimo, les das el 60 por ciento; cuando sabes que es soltera y te da
su, no es cierto, hablo en serio, a lo que voy es: Nos gusta dar y ayudar.

Es moralmente objetable la pobreza,
pero qué pasa con la desigualdad.

Una cosa que generó riqueza en esa
época son los valores y la cultura, y este es un foro en ese sentido, es un
foro axiológico, deóntico, valorado.

Cuando creíamos antes que el centro
del Universo era el oscurantismo, no creíamos. Si en 1500 hubiera llegado un
marciano y te dice qué va a pasar a los 800 mil años, sería Europa se va a
morir y los países árabes van a crecer mucho, pero cambiaron las cosas, de
repente cambió un enfoque.

El ser humano en lugar de buscar
cómo ser salvado para la próxima vida, empezó a preocuparse por ser feliz.

La Revolución Industrial trajo un
cambio dramático, en eso empezaron a ver nuevas propuestas donde ser pobre no
necesariamente era bueno y que rico no era un crimen.

Ayer lo preguntó Carlos Hank González, dijo: “¿Sabes cuál es
el peor crimen en una sociedad? A veces ser exitoso”.

Empezamos a entrar a un tema valoral fundamental. No
confundamos los términos pobreza con desigualdad, y luego no confundamos los
términos pobreza con justicia.

Boris e Igor cada uno tenía una cabra, en eso eran los
mejores amigos, le aparece un hada madrina a Igor y le dice: “¿Qué quieres
hacer?” “Quiero ser igual que Boris, destrúyele, mátale su cabra”. Se volvieron
iguales.

Y las gráficas anteriores, la época de mayor igualdad ha
sido en guerras, en enfermedades. El objetivo no es empobrecer al rico, sino
enriquecer al pobre.

Si no empezamos a darnos cuenta que ser exitoso no solamente
es un pecado, es algo admirable, si se hizo de manera meritocrática, nuestras
narrativas serán lo que sea, no va a haber prosperidad incluyente.

El éxito es fundamental, la competencia, pero la igualdad de
oportunidades, el acceso a bienes y servicios públicos, que todo el mundo tenga
esas capacidades es más aún importante, justicia y pobreza.

Les tengo que platicar rapidísimo una historia de Víctor
Hugo. Habían dos niñas, eran hermanas, una se llamaba Envidia y la otra se
llamaba Linda, en eso aparece un hada madrina con Envidia y le dice: “Envidia,
soy tu hada madrina, es diferente al ejemplo de Igor, pídeme lo que quieras, lo
que quieras.

¿Qué quieres?, te lo voy a conseguir”. “Hada, mil gracias”.
Y en eso su hermanita chiquita linda le dice: “Oiga, hadita, ¿y a mí qué me va
a dar?” “No te preocupes, chula, a ti te voy a dar lo doble de lo que pida tu
hermana”. Dice Envidia: “Eso no se vale”. ¿Pero qué te importa, Envidia? Pídeme
lo que quieras, lo que quieras. “Pero no se vale, por qué a mi hermana lo
doble”.

Pasa el tiempo la trata de convencer y en eso le dice:
“Seguro a mi hermana le vas a dar lo doble que a mí”. “Sí”. “Entonces, te pido
que me saques un ojo. He platicado mejores finales, yo lo sé, no es un happy ending, pero les quiero compartir
algo, ahí es injusto, ¿por qué a ti te van a dar lo doble que a mí si somos
iguales? La justicia sí es un tema que no se debe de confundir con la
desigualdad y con la pobreza.

Si tú te hiciste rico porque robaste, si tu eres grande por
otras razones, pero si tú has trabajado, has sido creativo, tienes ideas, eres exitoso,
ojo, cambiémoslo, no toda igualdad es positiva.

La Curva de Kuznets se te puede explicar que cuando se
genera riqueza al principio de desigualdad y luego se vuelve a generar
igualdad.

No toda desigualdad, repito, es mala, y no toda igualdad es lo
deseable. No es que mañana Oaxaca y Monterrey se vuelvan iguales, es que hay
que sacar de la pobreza a Oaxaca, hay que sacar de la pobreza a los excluidos,
hay que hacer estos programas sociales en los cuales han trabajado ustedes tan
seriamente.

El secreto de ser exitoso genera un problema con la
desigualdad, y es un problema que también hay que trabajar, porque es real. Se
le ha preguntado a mucha gente “¿qué prefieres? Estar en esta sociedad donde
tienes un millón de dólares, pero todo el mundo tiene cien mil, o en esta
sociedad donde tienes 20 millones de dólares, pero todo el mundo tiene cien
millones de dólares”.         Aquí eres
mucho más rico en términos absolutos, pero aquí eres más poderoso en términos
relativos.

Mucha gente que de repente sube económicamente y entra a un
nuevo estrato social pero allá es muy bajo y le dicen “nuevo rico” y no es
aceptado, sufre más ansiedad que aquí. Por supuesto que la desigualdad genera
ansiedad, no hay duda, pero no es un tema tan trascendente como no tener salud,
educación, prosperidad y ser pobre.

En estudios de Estados Unidos donde se mide la felicidad con
respecto al ingreso, a los Estados Unidos, la gente que tiene debajo de 37 mil
dólares al año y que le cuesta trabajo mandar a sus hijos a la escuela, pagar el
doctor, tener acceso a una digna vivienda, pequeña, los mínimos de bienestar no
son felices. Pero arriba de 37 mil dólares puede ser millonario y puede ser muy
triste porque te importan muchas otras cosas.

Pero la pobreza y no sacar a la gente de la exclusión, eso
sí es un crimen.

El éxito es, success is: Why do I expect of my
life and why I accomplish?
Esa es la fórmula del estatus y del éxito. Yo
quiero ser presidente, me llamo, no sé, creen que nací en Kenia, soy
afroamericano, tengo un segundo nombre medio musulmán, y soy Obama, mis
expectativas son altísimas; ser feliz está complicado.

Yo la verdad soy feliz simplemente comiendo hotdog.
Está bien. Esa canción de trata de ser feliz con lo que tienes a mí no me
gusta, viva la mediocridad, no importa; pero si alguien trabajó para eso y la
suerte influye.

Señores, hay que generar que más gente sea así. Eso es lo
que hay que tratar de hacer.

¿Qué queremos? Yo voy a compartirles que lo que queremos es
entender primero y poner mucha más conciencia en quiénes somos. Somos seres muy
vulnerables intelectualmente, tenemos muchísimas disonancias cognitivas, muchas
veces solo escuchamos nuestras narrativas que nos funcionan, pero por el otro
lado nuestra naturaleza humana nos hace ser cazadores, competitivos,
cooperativos, altruistas, generosos, envidiosos.

El estatus nos genera ansiedad. La
manera de resolverlo es entender un poco la diferencia entre “Te tengo envidia
y me voy a preparar lo mejor que se pueda para ser como tú, voy a aprenderte
para tener una cabra como la tuya”, a ser envidiosos de “Si a mí no me va bien,
a ti te va ir mal”.

Dos, aprender qué narrativas son
muy fáciles de caer, que te pongan una presión, que te propongan un chivo
expiatorio y que te den una salvación.

No creamos en Mesías, no creamos en
salvadores, creamos en ciencia, apostemos por ideas, por derechos de propiedad,
por instituciones respetables, por valores que realmente apuesten en el éxito.

Y tercero, es momento de que México
tenga una nueva narrativa, una narrativa donde se combate la pobreza a fondo y
no se excluya a nadie, una narrativa que propuso el gran filósofo jurista John
Rawls, imagínense todos ustedes que cierran los ojos, que entraron a este
cuarto y que pasó algo inimaginable, no se acuerdan quiénes son, no saben si
son hombres o mujeres, ricos o pobres, judíos, cristianos, budistas, ateos,
escépticos, anárquicos, no saben si nacieron en México, en China o en Chile, no
saben si son los hijos de Bill Gates o de una gente que no tiene un solo
recurso, no saben si son Premio Nobel, no saben qué va a pasar en la lotería de
la vida, no tienen una sola idea, solo saben algo en este velo de la
ignorancia: Van a caer en la lotería del esperma y el óvulo que los fecundó.

Pongamos una regla, diseñemos una
nueva narrativa, les propongo la narrativa de John Rawls, que no haya un solo
ciudadano, un solo ciudadano que se quede con la ausencia de un mínimo de
bienestar.

Yo necesito tener una casa, yo
necesito tener un refrigerio, yo no necesito tener comida.

Si mi vecino tiene tres aviones,
bien por él, lidiaremos después con mi envidia. Pero lo que me importa es que
todo el mundo no quede excluido y tenga acceso en este brief de ignorancia, porque a lo mejor en esa lotería yo estoy
abajo.

Y lo que quiero es por lo menos
poderle dar educación a mis hijos, tener salud.

Hagamos políticas públicas
sociales, generemos más riqueza y distribuyamos el dinero para que nadie quede
excluido.

Al final de cuentas lo que queremos es diseñar una nueva
narrativa que recupere y no caiga en la trampa, que se base en la evidencia.

Señoras y señores, esa narrativa es seamos exitosos, viva la
competencia y la cooperación, pero ojo, combatamos la pobreza a fondo, no
dejemos a nadie fuera.

Muchas gracias, buenas tardes.

– GREGORIO MARTÍNEZ
GARZA:
Muchísimas gracias al doctor Andrés Roemer, le pedimos que no se
vaya de este escenario para recibir una distinción por parte del licenciado
Carlos Hank González y el actuario Marcos Ramírez Miguel.

Nuestro agradecimiento por su participación en este Foro
Estrategia Banorte 2019. El reto social de la banca.

Vamos a hacer un receso de 20 minutos para continuar con el Foro Estrategia Banorte. Muchas gracias.

2019-08-26T19:23:59+00:00